Facilitadora del curso

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jueves, 12 de diciembre de 2013


 

COMIENZO DEL MONAQUISMO


Aunque
el monaquismo es un fenómeno que en el cristianismo aparece en la misma Edad Antigua, su propagación continúa durante la Edad Media, es decir después de la caída del Imperio Romano de Occidente. De manera que en este texto se pasa frecuentemente de una a otra Edad de la Historia.


Orígenes y expansión de los monasterios

Las órdenes monásticas cristianas tuvieron origen en Egipto a principios del siglo IV. La mayoría de los historiadores consideran como su fundador a San Antonio, el primer anacoreta, el cual tuvo muchos seguidores dispuestos a retirarse al desierto siguiendo los pasos de Cristo. Luego, por agremiación, se forman comunidades cenobíticas de monjes. Más tarde se propagó a Occidendente encajando perfectamente en el temperamento de las tierras griegas y aún hasta Rusia. De allí se expandió al resto de Europa, incluyendo el continente y las islas británicas.
Bajo el impulso del ascetismo, los monasterios se multiplicaron
 
rápidamente. En el siglo VII estaban ya extendidos por todos los países que habían compuesto el Imperio romano. La orden de los Benedictinos fundada en el siglo VI fue la hermandad más amplia e influyente. “Fueron asilos para los oprimidos, fortalezas contra la violencia, estaciones de misioneros para la conversión de las comunidades paganas, depósitos del saber, hogares para las artes y las ciencias. Conservaron y transmitieron a las edades posteriores gran parte de la cultura de la antigüedad. Como las escuelas paganas habían desaparecido, los monasterios emprendieron la labor educativa. La Iglesia consideró la educación como una de sus funciones exclusivas, y bajo su dirección casi toda la enseñanza tuvo una aspiración teológica o eclesiástica.



Ascetismo

en el ideal ético-educativo del cristianismo
 
La exaltación cristiana de la realidad espiritual, que culmina en la perfección divina, la proclamación de la necesidad de librar el espíritu de los vínculos de la materia y de la carne, era natural que asumiera una orientación ascética; en otras palabras, que se transformara en el ideal de una vida, de una vida que fuera toda una asidua lucha contra los enemigos de la salvación del alma, que son el mundo (vida social) el dominio (orgullo) y la carne (concuspicencia). La salud del alma es lo que importa sobre todo y ante todo; a este supremo valor es preciso sacrificar cualquier otro bien, y hasta – según las corrientes extremas cualquier forma de actividad económica y la vida conyugal. Éste es el origen de que en muchos círculos cristianos la perfección evangélica se haga consistir en prácticas de mortificación y penitencias, maceraciones, ayunos, continencia, estado de virginidad.

 
Idealidad monástica:
anacoretismo y cenobitismo
Mientras el cristianismo fue minoría heroica, el ideal de perfección podía realizarse solamente en el seno de la comunidad eclesiástica, en la comunidad de los fieles, escuela de disciplina donde la ascesis era una asidua ejercitación templadora de la voluntad que preparaba para cualquier sacrificio.
Cuando la
Iglesia comienza a incorporar a mucha gente algunos paganos que se acercaban por conveniencia los cristianos pensaron que la mejor manera de mantener la disciplina era aislarse en una vida monacal.Basilio de Cesarea, el Grande (ca. 330-379) fue Obispo de Cesárea y preeminente clérigo, santo de la Iglesia Ortodoxa, y uno de los Tres Sagrados Jerarcas, junto con Gregorio Nacianceno y Juan Crisóstomo, así como santo y doctor de la Iglesia catolica. Intenta atenuar la soledad de los anacoretas, arguyendo que la soledad extrema no brinda oportunidades para el ejercicio de las más altas virtudes y termina produciendo un vacío interior. Por eso agrega la necesidad de caridad. San Basilio infunde a la vida monástica una función esencialmente educativa. Su importancia es que plantea el problema de la instrucción y educación cristianas también para los niños que no están destinados a la vida monástica
 
Benito de Nursia : Benedictinos
San Benito de Nursia (Nacido en Nursia, Italia 480, muerto en Montecasino, fundó la orden de los benedictinos es considerado patriarca del monaquismo occidental. Funda el monasterio de Monte Cassino y elabora las reglas para sus monjes “La Santa Regla” inspiración para los reglamentos de muchas otras comunidades religiosas que rigieron la vida de los monjes durante siglos. La orden de los Benedictinos fue la hermandad más amplia e influyente. La regla benedictina (en 73 capítulos) es muy breve y práctica y ello, conjuntamente con la división del tiempo entre el trabajo y la oración, le aseguraron el éxito. Su característica más significativa consistió en asentar la importancia del trabajo manual, así como las bases para la conversión de los monjes en los grandes agricultores de la Europa medieval
En el convento o escuela monástica el programa abrazaba las siete artes liberales, las cuales se dividieron en dos grupos: el trivium (gramática latina, dialéctica o la lógica y la retórica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). El programa más popular y más desarrollado era el del trivium. La gramática incluía lectura y escritura; el latín, el idioma de la iglesia, fue la base de la educación para el olvido universal de la lengua materna. Se leían principalmente los trabajos de los padres de la Iglesia, aunque también se usaron copias espulgadas de los clásicos latinos. La dialéctica y la lógica se basaron algo remotamente en los escritos de Aristóteles. En retórica se usaron las obras de Quintiliano y de Cicerón.
En cuanto al quadrivium, la aritmética daba importancia a las supuestas propiedades secretas de los números, la geometría se enseñaba en forma abreviada, la astronomía no difería de la astrología,
la música era aprender himnos de la Iglesia.

El Cristianismo aparece como una negación del mundo. Solamente es verdadero el mundo de la religión. El mundo natural está destituído de valor y escapa de él el fin de la vida.

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